EL FESTIVAL CONTRA EL CANCER ESTUVO A LA ALTURA

El VII Festival Taurino a beneficio de asociación contra el cancer, fue todo un acontecimiento.
Los que allí nos congregamos disfrutamos de (en principio)una buena mañana soleada y un cartel que estaba bastante bien rematado. La pena y el pero hay que ponerselo a esos que se hacen llamar aficionados en esta tierra y que no poblaban las frias piedras del coso de la Avenida Vilches. Una pena.

Menos de media plaza fue la entrada (muy pobre), se corrieron toros de Maria José Barral, que poco a poco está consolidandose en ferias de primer nivel. Y la terna compuesta por el maestro Ortega Cano, Javier Conde, Pepín Liria, Ruiz Manuel, Cesar Jimenez y los novilleros Alejandro Carmona y Luis Miguel Casares.

Los novillos bien presentados, con hechuras y rematados, que dieron buen juego en general y extraordinario juego en el que estoqueó Javier Conde y el almeriense Ruiz Manuel; no se pudo ver el de Liria por que se quedó invalido.

El maestro Ortega Cano enseñó y destapó su frasco de fina esencia en algunos pases puntuales de la faena, y como bien dice el refrán, los años no pasan en balde y el maestro ya está para torear sólo festivales.
Javier Conde no se puede valorar, si bien por que no pegó ni un muletazo con los pies plantados y por que antes el show lo hacía en momentos puntuales y álgidos, pero ya se ha convertido en una constante. Yo he visto torear y muy bien a Javier Conde de novillero y en sus principios como matador de toros, y dista muy mucho de lo que hace hoy dia.
Al maestro Liria no se le puede valorar, y no por que no quisiera o estuviera mal, sino simplemente por que su novillo justo al inicio de la faena de muleta le dieron unos espasmos y se rompió. El maestro abrevió y lo mató. Una pena.
Ahora y aquí hay que hacer un alto en el camino, Ruiz Manuel y su novillo, su novillo y Ruiz Manuel; un binomio perfecto. El torero salió muy motivado desde el principio, recibo por veronicas, quite por veronicas y delantales... y llegó la franela. Con la roja estuvo muy bien, se acopló rápido al novillo -que fue de carretón- y allí vino el delirio. Ruiz Manuel toreó con gusto, con empaque, con armonia, dandole los tiempos que el novillo pedia...; vamos que eso es mejor verlo que describirlo, así que una verdadera lástima el que no quiso ir al festival por que he de decir que es de las veces que mejor he visto torear al maestro de la tierra.
Con Cesar Jimenez todo fue distinto, empezó un viento muy fuerte y a ráfagas que no dejó al de Fuenlabrada torear con la capa, tampoco es que lo dejara demasiado con la muleta y estuvo voluntarioso. Firme siempre, cosa que ha caracterizado su toreo tan vertical.
No iba a ser menos el caso de los novilleros, un viento espeluznante. Con Alejandro Carmona se cebó y además el no tenía el dia, no pasó de voluntarioso, aunque yo le vi sin planteamiento ninguno en la faena, series muy cortas no muy bien rematadas, mucho descaro con el público buscando el aplauso fácil. Vamos que entre el viento y la faena poco se puede destacar.
Y el otro novillero,Luis Miguel Casares, mucho más verde y menos toreado que Carmona, se le vió falto de un minimo de oficio, cada muletazo era un suspiro y después de la tremenda voltereta sin consecuencias, todos lo veiamos cogido en cada muletazo, puso mucho empeño y ganas de agradar, mató de buena estocada.

Como dije al principio, la PENA, es que esos que se hacen llamar aficionados faltaron, como faltan siempre a festejos que no sean del abono de agosto. La causa lo merecía, el cartel también y nuestra ciudad se lo merece mucho más que las anteriores causas, por que si no siempre tendremos lo mismo, poco.

Un saludo.